“LOS MÉDICOS SOMOS INSTRUMENTOS DE DIOS. ÉL TIENE LA ÚLTIMA PALABRA” por Raúl Mendoza Canepa del Diario el Comercio
Suena irónico, pero la doctora Belleza ha optado por un mundo de dolor y angustia. Ella es la primera presidenta mujer del Cuerpo Médico del Hospital Rebagliati y trabaja en la Unidad de Cuidados Intensivos II (7B), donde solo llega gente sumamente grave.
Marlene palpó desde niña la necesidad de ayudar. Su madre, una enfermera dedicada y entregada, fue su principal inspiración.
-¿Por qué, entre todos los lugares, ha decidido trabajar en una sala de cuidados intensivos?
¡Por mi personalidad! Es la especialidad más completa. Se abarca muchas cosas y uno tiene que hacerlo con eficiencia y rapidez.
-¿Está curtida contra el temor a la muerte?
La conozco desde muy joven. A una persona muy especial lo asesinaron agentes del Estado. Todo salió a relucir por un periodista que nos apoyó en la investigación. Era un estudiante de Medicina al igual que yo y tenía un padre médico muy reconocido. Encontramos los restos gracias a nuestra insistencia. A él lo asesinan y después de una hora llega al hospital. Dijeron que era terrorista, pero le sembraron las armas cuando ya estaba muerto y eso se probó luego.
-Ha enfrentado la dureza del dolor propio, pero también el ajeno…
Reconozco que después de dar la mala noticia a la familia del paciente fallecido, en muchos casos, debo contener el impulso de llorar. Pero hay casos que alimentan. Tuve un abogado que tenía muy escasas posibilidades de sobrevivir y logramos salvarlo. Un día lo vi, y al verlo recuperado ¡la emoción fue tan grande!
-¿Cómo es su vida en casa?
Tengo que hacer una separación entre mi esfera familiar y la carga emocional del trabajo. No siempre es fácil, debo conservar el ánimo, a veces fingirlo, por el bienestar de mi familia. También tengo la suerte de contar en el hospital con el padre Luigi, quien es mi guía espiritual.
-¿Cómo hacen los médicos esa mezcla de serenidad y sensibilidad?
A nuestra unidad siempre llegan cuadros severos. Con el ejercicio se aprende a mantener la calma. Se trabaja en equipo. Si alguien no tuviera el autocontrol necesario, no se tomarían las decisiones adecuadas en el corto tiempo que separa a los pacientes de la vida y la muerte. Los médicos solo somos instrumentos de Dios y Él tiene la última palabra de qué pasará con el paciente, con la ayuda de nuestros conocimientos y de la ciencia.
-¿La mortalidad en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) es alta?
Hemos avanzado. Estamos al nivel mundial. El 71% de los que ingresan logran recuperarse.
-¿Por qué ingresa generalmente la gente a la UCI?
Actualmente, el promedio de vida del peruano está aumentando y los pacientes que llegan son aquellos que, aún teniendo un chequeo, no cumplen las recomendaciones del médico. Y aunque se les dice que se cuiden por ser hipertensos, diabéticos, asmáticos…fuman, toman…
Los casos más complicados son los que vienen a este hospital por ser de nivel 4. Llegan muchos por neumonía severas, insuficiencias respiratorias. Nosotros somos la unidad de referencia para la pancreatitis aguda grave a nivel nacional.
-¿Tienen un psicólogo que atienda el drama personal y familiar?
Gracias a las gestiones del servicio, hace siete años hay un psicólogo para la UCI.
-Existe el temor a las enfermedades intrahospitalarias…
Desde el 2002, fue que cuando tuvimos el primer brote de bacterias residentes, soy presidenta del Comité de Vigilancia Epidemiológica. Tuvimos que cerrar la UCI, luego luchamos contra ese problema y hoy somos el único servicio que cuenta con un software que nos permite sistematizar la frecuencia de gérmenes y los tratamientos más efectivos. Ello nos permite manejar estadísticas actualizadas día a día.
-¿algunos casos de insalubridad se gestan desde afuera?
Se ha restringido la visita de los familiares. Falta educar al asegurado. A veces vienende diez a quince personas a visitar a un solo paciente. Se les da indicaciones sobre la higiene; sin embargo, pasan por alto el hecho de que los hospitalizados están con las defensas bajas. Muchos llegan y tocan las sábanas del paciente, el catéter…pese a las indicaciones.
-¿Qué se debe corregir en la seguridad social?
La corrupción. Se ha detectado casos en que se ha permitido la inscripción de 300 pacientes con una misma dirección a efectos de atenderse por emergencias en el Rebagliati. De esta manera, se agrava el problema de la congestión y hacinamiento del servicio. Luego debemos fortalecernos en todos los niveles y ver el tema preventivo desde los primeros niveles para que el paciente no llegue a la UCI: con charlas, por ejemplo. Es necesario fortalecer a los colegas en sus condiciones de trabajo, el instrumental. Nosotros ayudamos con capacitaciones.
-Usted tuvo un papel protagónico en la reciente huelga.
Mi vida gremialista empezó desde estudiante. De interna combatía los abusos y mejoré las condiciones de trabajo para el interno; igual, como médica. Estuve alejada once años de este campo, por mis niños, cuando una doctora me convenció, pues me dijo que había mucha corrupción y debíamos actuar.