Esta publicación contiene una entrevista realizada en Buenos Aires - Argentina al filosofo Mario Bunger:
¿Qué es la medicina? ¿Ciencia, técnica o multidisciplina? Uno de los filósofos de la ciencia más importantes del mundo en Buenos Aires. Con motivo de su conferencia el lunes 22 de Noviembre a las 18:30hs en la Academia Nacional de Medicina de Argentina, av. Las Heras 3092 Buenos Aires
Entrevista a Mario Bunge:
¿Percibe usted el riesgo de que la medicina se transforme en una rama de la biología?
No creo que la medicina propiamente se haya convertido en una rama de la biología. Se ha hecho científica, que no es lo mismo que hacerse ciencia. Lo mismo pasó con las ingenierías. No cambió la meta, que es tratar enfermos y en lo posible curarlos. Lo que cambió es el procedimiento para alcanzar esta meta: antes de hacerse científica, la medicina era puramente empírica. Por consiguiente, desconocía los mecanismos patológicos y, al no conocerlos, se limitaba a la observación de síntomas. Hoy día, gracias al conocimiento (aún parcial) de los mecanismos, el médico puede actuar directamente sobre ellos. Por ejemplo, lejos de contentarse con observar que un paciente tiene fiebre, el médico conjetura que ésta ha sido causada por una infección debida, ya a bacterias, ya a virus. Y si el análisis microbiológico revela que, en efecto, el paciente tiene una tasa excesiva de bacterias, el médico tiene una buena razón para recetar antibióticos.
¿Qué papel le atribuye usted a las habilidades comunicativas, empáticas y humanas en un médico?
El buen médico, tanto como el buen maestro, debe ser empático y un buen comunicador, como lo fue el famoso médico canadiense William Osler (McGill, Johns Hopkins, Harvard y Oxford). Desgraciadamente, en la actualidad casi todos los médicos están obligados a llenar tantos formularios y apenas tienen tiempo para mirar a sus enfermos, auscultarlos, palparlos, preguntarles, etc.
¿Qué tipo de formación debería tener un médico para distinguir el conocimiento válido del inválido?
El médico debiera saber la importancia de las hipótesis y de las pruebas experimentales, así como de los razonamientos válidos. Desgraciadamente, las facultades de medicina atiborran a los estudiantes con datos, no les hacen hacer experimentos, ni los habitúan a discutir hipótesis. En particular, casi todos los médicos (y filósofos) ignoran que el problema del diagnóstico médico es un “problema inverso”, parecido al que afronta el ingeniero a quien se le pide que diseñe un artefacto que tenga tales y cuales funciones. En efecto, el médico, en particular el que hace medicina interna, se enfrenta con una caja negra. Ve los síntomas o productos, pregunta por algunos estímulos (p. ej., lo que comió el paciente), y tiene que hacer múltiples conjeturas sobre los posibles mecanismos que relacionan insumos con productos. Finalmente, tiene que poner a prueba tales conjeturas, tanto con pruebas como con tratamientos. (El tratamiento médico, a diferencia de los procedimientos en otras disciplinas, tiene dos funciones: intentar curar y poner a prueba las hipótesis que lo motivan.)
¿Qué barreras obstaculizan el diálogo entre médicos, científicos básicos y de las ciencias sociales?
Los obstáculos al diálogo de los médicos con los demás expertos son de varios tipos.
Barreras profesionales: escasez de tiempo, arrogancia y la especialización excesiva.
Barreras filosóficas: credulidad (en terapias no comprobadas); idealismo (p. ej., creencia en la acción del alma inmaterial sobre el cuerpo); apriorismo (p. ej., uso de la estadística bayesiana); biologismo (ignorancia de las circunstancias sociales del paciente); el sociologismo (la sociedad es la enferma, como sostenían los anti-psiquiatras).
¿Cree Ud. que los médicos tienen algo que aprender de las ciencias sociales?
Sí, varias cosas. Primera: hay, como ya lo había hecho notar un médico árabe medieval, enfermedades de rico y enfermedades de pobre. Segundo, el estrés social (en particular el causado por la organización jerárquica del trabajo) enferma, como lo mostraron los famosos estudios Whitehall. Tercero, la medicina individual no ha sido la causa más importante de la reducción de la morbilidad y de la mortalidad a casi la mitad en el curso del último siglo, como lo mostraron estudios epidemiológicos. Las principales causas son las obras sanitarias (cloacas y agua potable), las vacunas y el estado de bienestar. Por esto floreció la higiene social en Argentina entre 1980 y 1910, y por el mismo motivo la British Medical Association, contrariamente a su contraparte norteamericana, siempre ha defendido la llamada medicina socializada.
¿A qué cree usted que se debe que quienes lo critican supongan que el modelo que usted propone anula la subjetividad de las personas que padecen? ¿Se considera usted un positivista fundamentalista?
Los calificativos despreciativos que me han endilgado en mi país, aunque no en el resto del mundo, se deben a la ignorancia de mis publicaciones, así como a la ignorancia del positivismo, al que yo he criticado toda mi vida. Yo soy cientificista pero antipositivista, porque el positivismo es anti-realista y antimetafísico.
¿Qué es la medicina?
La medicina, como cualquier otra disciplina, puede ser vista como una actividad o como un cuerpo de conocimientos. En ambos casos puede considerársela como ciencia, como técnica, o como una combinación de ambas. Finalmente, también deben estudiarse las organizaciones donde se practica la medicina. Para facilitar la discusión empecemos por algunas definiciones.
Ciencia básica = búsqueda desinteresada de la verdad. Ej.: biología, psicología.
Ciencia aplicada = búsqueda de verdades de posible utilidad. Ej.: farmacología.
Técnica = diseño de artefactos o procedimientos utilizables. Ej.: neuroingeniería.
Ciencia o técnica biosocial = disciplina que se ocupa de procesos que son tanto biológicos como sociales. Ej.: demografía, epidemiología.
Servicio social = actividad socialmente beneficiosa (p. ej. asistencia médica).
A la luz de estas definiciones, se sugiere que el cuerpo de los conocimientos y procedimientos médicos modernos es mitad ciencia aplicada y mitad técnica científica biosocial. (Medicina moderna: la construida por Virchov, Bernard, Pasteur y otros.)
Las buenas facultades de medicina emplean personas que hacen ciencia básica y otras que hacen ciencia aplicada; también hay quienes estudian o diseñan terapias, y quienes “ven” enfermos. Unos pocos (p. ej. De Robertis) han hecho ciencia básica; otros pocos (p. ej., Houssay) han hecho ciencia básica y aplicada; otros (p. ej., Braun Menéndez) han hecho ciencia básica y aplicada, y han ejercido la profesión; finalmente, otros (p., ej. Favaloro) han hecho técnica y “visto” enfermos.
Finalmente, los hospitales, las clínicas y los dispensarios modernos pueden considerarse como sistemas sociotécnicos, o sea, sistemas cuyas actividades específicas se hacen a la luz de técnicas.
Mario Bunge (bio). (21 Septiembre, 1919, Buenos Aires) es un físico, filósofo de la ciencia y humanista argentino; defensor del realismo científico y de la filosofía exacta. Es conocido por expresar públicamente su postura contraria a las pseudociencias, entre las que incluye al psicoanálisis, la homeopatía y la microeconomía neoclásica (u ortodoxa), además de sus críticas contra corrientes filosóficas como el existencialismo, la fenomenología, el posmodernismo, la hermenéutica y el feminismo filosófico.
Biografía: nació en Buenos Aires el 21 de septiembre de 1919. Interesado en la filosofía de la física, Bunge comenzó sus estudios en la Universidad Nacional de La Plata, graduándose con un doctorado en ciencias físico-matemáticas en 1952. El tema de su tesis doctoral versó sobre Cinemática del electrón relativista. Allí, y en la Universidad de Buenos Aires, fue profesor de física teórica y filosofía desde 1956 hasta 1963 cuando, insatisfecho con el clima político de su país, tomó la decisión de emigrar. Por unos pocos años enseñó en universidades de México, EE. UU. y Alemania. Finalmente, en 1966 se instaló en Montreal (Canadá), donde enseña en la Universidad McGill desde entonces, ocupando la cátedra Frothingam de lógica y metafísica (es Frothingham Professor of Logic and Metaphysics). Tal vez su obra más importante sean los ocho tomos de su Tratado de filosofía (Treatise on Basic Philosophy), pero se trata de un autor enormemente prolífico que, tras exponer sus posiciones generales en el Tratado, ha ido publicando en forma regular las aplicaciones de su filosofía a diversas ciencias, tanto naturales como sociales (ver más abajo en Publicaciones).
Mario Bunge ha sido honrado con dieciséis doctorados honoris causa otorgados por instituciones como la Universidad de Salamanca (España) en 2003, la Universidad Nacional de La Plata (Argentina) y la Universidad de Buenos Aires (Argentina) en 2008. También recibió el Premio Príncipe de Asturias en 1982.
Interesado principalmente por la lógica de la ciencia y los problemas del conocimiento científico, ha tratado de construir una filosofía científica (más precisamente, una metafísica) que tuviera en cuenta tanto el conocimiento elaborado por la ciencia como el método utilizado por quienes la practican, entendiendo que este último es un proceso que no está exclusivamente supeditado ni a la experiencia ni a la teoría.
Aunque la concepción de la ciencia elaborada por Bunge concede importancia al desarrollo de la investigación científica en la historia, su orientación está principalmente dirigida al análisis formal de dicho desarrollo, y se aparta de la insistencia en los aspectos históricos, psicológicos y sociales propia de enfoques como los de T. S. Kuhn y P. K. Feyerabend.
Defensor de un realismo crítico basado en una ontología materialista y pluralista, ha mantenido una actitud beligerante ante el psicoanálisis, al que considera una pseudociencia supeditada a la aceptación acrítica de la doctrina de Freud como argumento de autoridad; en un sentido análogo, considera que el marxismo no ha conseguido superar la condición ideológica de sistema de creencias a causa de su repetición también acrítica de las enseñanzas de Marx.
Sin duda, la obra por la cual Bunge se ha distinguido especialmente en el ámbito de la filosofía profesional es el extenso Treatise on Basic Philosophy (Tratado de filosofía). Se trata de un esfuerzo por construir un sistema que abarque todos los campos de la filosofía contemporánea, enfocados especialmente en los problemas que suscita el conocimiento científico.
Su hincapié en el rigor metodológico—buscado con el uso de herramientas formales (lógico-matemáticas) y de conocimiento fundado científicamente--, su amplitud temática, su originalidad y su mencionado carácter sistémico hacen del Treatise uno de los emprendimientos filosóficos más ambiciosos de los últimos siglos.
Síntesis biográfica:
Nacido en Buenos Aires el 21 de agosto de 1919.
-Residente de Montreal, Canadá, desde 1966.
-Doctor en ciencias fisicomatemáticas, Universidad Nacional de la Plata (1952).
-Doctor honoris causa: Simon Fraser University (1981); Universidad de Rosario (1985);
Universidad Nacional de la Plata (1987); Universidad Federal de Santa Catarina (1991);
Universidad Nacional de Córdoba (1995); Universidad Cayetano Heredia (1996);
Universidad Inca Garcilaso de la Vega (1996); Universidad Nacional del Sur (1997);
Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (1997
-Catedrático: Física teórica en las Universidades de Buenos Aires (1956-58) y de la Plata (1956-59);
De filosofía, Universidad de Buenos Aires (1957-62) y McGill University(1966 a la fecha);
Profesor visitante de filosofia, University of Pennsylvania (1964-1965) y University of Texas (1963);
Profesor de física y filosofía, Temple University (1964-65) u University of Delaware (1965-1966);
Profesor visitante, Universidades de Freiburg, R.F.A. (1966); Nacional Autónoma de México (1968);
Aarhus (1973); Ginebra (1986-87) y Genova (1993-94); Profesor investigador, Universidad Nacional
Autonoma de México (1975-76); Professor of Logic and Methaphysics, McGill University (actualmente)
Miembro de:
De la Academie Internationale de Philosophie des Sciences (1965)
Institut International de Philosophie (1969)
Academy of Humanism (1985)
Fellow of the American Association for the Advancement of Science (1984)
Royal Society of Canada (1992)
Distinciones:
Award of Merit, University of Wisconsin (1979)
Premio Principe de Asturias en Comunicacion y Humanidades (1982)
Volumen de homenaje: Scientific Philosophy Today: Essays in Honor of Mario
Bunge (J. Agassi y R. S. Cohen, 1982)
Volumen de estudios criticos (P. Weingartner y G. Dom)
Studies on Bunge’sTreatise (1990)
Ensayos bibliográficos (R. Serroni-Copello)
Encuentros con Mario Bunge (1980)
Entretiens avec Mario Bunge (L. M. Vacher, 1993)
Autor de 80 libros y de más de 450 artículos sobre temas de física teórica, matemáticas aplicadas, teoría de sistemas, sociología matemática, epistemología, semántica, ontología, axiología, ética, política científica, etc.